Petirrojo europeo
(Erithacus rubecula)
Orden: Passeriformes Familia: Turdidae
OBSERVACIÓN:
Con la llegada del otoño es fácil observarlos, aunque hay que prestar cierta atención, ya que son de muy pequeño tamaño y raramente se posan en el suelo, siendo difícil visualizarlos entre la abundante vegetación. No obstante, el llamativo pecho anaranjado, sobre todo a la brillante luz del sol, ayuda a su percepción.
DESCRIPCIÓN:
Túrdido de pequeño tamaño, pico fino, cola corta y cuerpo rechoncho; sobre todo en la época de invierno, ya que ahueca las alas para crear una capa de aire caliente interior.
No presentan dimorfismo sexual, machos y hembras son semejantes en coloración: su plumaje se caracteriza principalmente por la gran mancha anaranjada que se extiende por la cara, garganta y pecho, bordeada por una mancha gris. Las partes superiores y las patas son de color marrón y el vientre blanquecino. El pico y los ojos son de un color negro. Los individuos jóvenes carecen del color anaranjado y presentan motas parduzcas de color oscuro, con parches de color naranja apareciendo gradualmente en el pecho y en la cara.
HÁBITAT:
Durante la época de primavera y de verano podemos encontrarlos en cualquier tipo de bosques, campiñas, huertos, parques y jardines; mientras que en invierno prefiere lugares ricos en arbustos. Aún así, podemos encontrarlo en casi cualquier tipo de hábitats. Tiene preferencia por las cercanías del agua. Sobre todo habita en bosques húmedos, frondosos y mixtos, con abundante sotobosque y espesa capa de hojas muertas o de musgo, parques y jardines con maleza.
Es muy aficionado a los posaderos bajos y a comer en el suelo, en cualquier claro rodeado de árboles o arbustos. Frecuentemente se le puede encontrar en caminos y senderos con vegetación.
ALIMENTACIÓN:
Se trata de un ave típicamente insectívora, que consume hormigas, escarabajos y arañas. En otoño e invierno completa su dieta con frutos de zarza, saúcos, lentiscos, olivos y acebuches; incluso puede alimentarse de bellotas partidas por otras especies. En ocasiones también puede ingerir caracoles y pequeñas lombrices.
REPRODUCCIÓN:
Comienza a criar entre los meses de marzo y mayo, y finaliza en junio o julio.
El cortejo nupcial en esta especie no es muy destacado. Los machos realizan una serie de gestos y movimientos unos frente a otros abombando el pecho y erizando las plumas, demostrando así su fuerza, y, por tanto, la defensa del territorio. La pareja que se forma solo dura la temporada de cría y la hembra realiza una puesta de entre 4 a 6 huevos, moteados y de color blanco azulado. La incubación corre a cargo de la hembra y dura 12-15 días, periodo durante el cual el macho se encarga de alimentarla, y más tarde, tras la eclosión, ambos progenitores se encargan de la alimentación de las crías. Por lo general, esta especie suele realizar dos puestas al año.
NIDIFICACIÓN:
Es la hembra la encargada de la construcción del nido, generalmente a baja altura, en el suelo o en un talud cubierto de hierba. Aprovecha huecos naturales en la tierra, aunque también podemos encontrar nidos en agujeros o grietas de muros de piedra, paredes de casas derruidas, cobertizos, cuadras, etc.
El nido se compone de abundante hojarasca, hierbas y musgos, con el interior tapizado de raíces muy finas, pelos y plumas.
CANTO:
Su canto es un gorjeo variado y pausado, elaborado y melodioso: un sonoro "tic-tic-tic" que emite a intervalos cortos. Los restantes petirrojos y especies muy emparentados son ahuyentados con este canto.
Reclama y canta a lo largo de todo el día, pero especialmente por la mañana muy temprano, incluso antes del amanecer.
MIGRACIONES:
El petirrojo tiene un comportamiento sedentario o migrador, según el territorio considerado en su rango de distribución euroasiático. Las poblaciones del norte de Europa son migradoras totales. Por el contrario, las poblaciones de las islas atlánticas, Europa occidental y el norte de África son sedentarias, aunque también experimentan movimientos migratorios. Así, las instaladas en los bosques montanos descienden a cotas altitudinales bajas en invierno. Este último fenómeno resulta muy común en España. A su vez, el anillamiento científico revela que, en los meses invernales, la Península Ibérica y Baleares albergan nutridas poblaciones procedentes de toda Europa. Además, tanto en otoño (septiembre-noviembre) como a principios de la primavera (febrero-abril), en el estrecho de Gibraltar se registra un importante trasiego de petirrojos europeos que invernan al sur del Sáhara.
AMENAZAS Y CONSERVACIÓN:
El petirrojo europeo está considerado "de interés especial" en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. El aumento del tamaño poblacional registrado en los últimos años puede deberse a la reforestación y "matorralización" natural, fruto del abandono del campo. No obstante, como otras muchas especies insectívoras, este pájaro se está viendo afectado por la generalización de los tratamientos químicos para eliminar la vegetación competidora en los olivares, un hábitat muy favorable para la invernada de millones de aves.
¡Y para los más peques, AQUÍ podéis descargar un dibujo del petirrojo europeo para colorear y una pequeña actividad!