Curruca cabecinegra
(Sylvia melanocephala)
Orden: Passeriformes Familia: Sylviidae
OBSERVACIÓN:
Son escurridizas, pero es posible observarlas entre los árboles y arbustos de los caminos que bajan al parque desde la entrada principal.
Curruca cabecinegra
DESCRIPCIÓN:
Pájaro de capirote oscuro, que llega hasta debajo del ojo. Los machos presentan partes superiores de color grisáceo, en contraste con las inferiores, más pálidas, y poseen cabeza negra, en la que destacan el anillo ocular rojo y la garganta blanca. Las hembras son más parduzcas en el dorso, con zonas ventrales de color pardo pálido y cabeza grisácea. Los dos sexos tienen el anillo ocular rojizo, las patas claras (anaranjadas en los machos) y las plumas externas de la cola blancas. Los ejemplares inmaduros o jóvenes, tienen el plumaje más apagado que los adultos, pero los machos se pueden diferenciar por tener la cabeza más oscura, más gris, incluso que la propia hembra adulta y por tanto también que las hembras jóvenes que presentan el píleo parduzco sin diferenciarse del color del resto de las partes superiores.
HÁBITAT:
Ocupa los sectores más térmicos y secos, con las mayores densidades en formaciones de matorral mediterráneo de porte mediano (jarales, acebuchares, lentiscares, coscojares). También se encuentra en dehesas, pinares y bosques de ribera con denso sotobosque arbustivo, así como en setos y jardines.
ALIMENTACIÓN:
Se alimenta principalmente de insectos, aunque durante el otoño y el invierno consume muchos frutos, sobre todo de arbustos mediterráneos, como acebuches y lentiscos.
REPRODUCCIÓN:
Su temporada de cría se extiende de marzo a julio, con posibilidad de que realice dos puestas anuales y ocasionalmente tres. La puesta consta de tres a seis huevos, de color pardo a rosado y finamente moteados, los cuales son incubados durante 13 días por los dos sexos. Los pollos, a los que cuidan y alimentan ambos progenitores a lo largo de 12 o 13 días, alcanzan la independencia dos o tres semanas más tarde.
NIDIFICACIÓN:
Ambos padres participan en la construcción del nido, un pequeño cuenco de hojas y ramitas, tapizado de hojas secas, pelos y plumas, e instalado en la espesura de un pequeño arbusto.
CANTO:
Muy sonoro, el canto está constituido por una sucesión de estrofas cortas, traqueteantes y rápidas, con notas ásperas y estridentes. El reclamo, conformado por un repetitivo tre-tre-tre, tra-tra-tra, resulta muy característico.
MIGRACIONES:
La mayor parte de las poblaciones ibéricas son sedentarias. Sin embargo, se han descrito movimientos en invierno hacia localidades del sur peninsular y el norte de África que quizás impliquen a jóvenes en dispersión, aunque se desconoce la amplitud de dichos desplazamientos. En el sur de España se detectan incrementos numéricos durante los meses de septiembre a noviembre, correspondientes al movimiento de aves jóvenes en esa época posnupcial.
AMENAZAS Y CONSERVACIÓN:
No se trata de una especie amenazada en España, e incluso parece hallarse en aumento en las últimas décadas, quizá por la expansión del matorral como consecuencia del abandono del campo y del efecto de los incendios. Esta curruca resulta muy sensible a las olas de frío, que podrían condicionar su distribución en las primaveras siguientes. El Catálogo Nacional de Especies Amenazadas la incluye en la categoría "De interés especial".