Cotorra argentina
(Myiopsitta monachus)
Orden: Psittaciformes Familia: Psittacidae
OBSERVACIÓN:
Hasta ahora solo se ha observado una pequeña familia de 4 cotorras habitando en el Parque del Príncipe. Es fácil verlas en pareja comiendo de algún árbol o sobrevolando el parque gracias a su escandaloso y peculiar canto. Muy probablemente llegaron a nuestro parque porque alguien las soltó allí o se escaparon de algún lugar, ya que se trata de una especie exótica e invasora.
Pareja de cotorras
DESCRIPCIÓN:
Es de tamaño pequeño, de entre 28 y 31 cm de largo, y tiene entre 120 y 140 g de peso. Su plumaje es de un verde brillante, con las alas verdes azuladas; la frente, mejillas, garganta, pecho y vientre son grises claros. Su cola es larga y puntiaguda, de color verde, como el dorso; el pico es ocre y las patas son grisáceas.
Los machos y las hembras son muy parecidos entre sí. Además, las cotorras argentinas jóvenes se parecen mucho a las adultas. La única diferencia es su frente gris que más tarde se teñirá de verde.
Son animales muy inteligentes y de una adaptabilidad muy flexible. Desarrollan su vida en grupos sociales de gran complejidad llegando a construir nidos comunales en la mayor altura posible disponible, generalmente en los árboles. Es la única especie de Loro que construye sus propias nidificaciones utilizando ramas.
En la naturaleza vuelan en ruidosas bandadas a gran velocidad, nunca levantando las alas por encima del cuerpo, y aleteando constantemente.
Cotorra argentina alimentándose en el árbol
HÁBITAT:
Es originaria de Sudamérica, de la zona centro y sur, desde Bolivia y Brasil hasta Argentina, Paraguay y Uruguay. Las introducciones por parte del humano, al comprarla enjaulada y liberarla después, la han extendido por numerosos países de América y Europa.
ALIMENTACIÓN:
REPRODUCCIÓN:
Son aves altamente gregarias. Construyen un nido, al contrario que la mayoría de los loros. Nidifican comunitariamente, construyendo nidos que pueden llegar a ser bastante grandes, utilizando ramitas de plantas espinosas entretejidas, y compartiendo cada nido un buen número de parejas.
Ponen de cinco a ocho huevos por nidada, y la incubación dura unos veintiséis días. Los huevos se adaptan a cualquier tipo de climas templados o tropicales; esto se da por la protección térmica que proporcionan las cámaras de los nidos coloniales.
NIDIFICACIÓN:
El nido lo ubican en árboles o en estructuras artificiales, como torres de radiocomunicación o tendidos eléctricos.
Se han llegado a encontrar nidos de más de 100 kg de peso y 2 metros de largo, construidos hasta con unas 20.000 pequeñas ramas y con 30 cámaras, es decir, pequeños nidos dentro de una gran nido, ya que estos nidos son comunales, no sólo viene una pareja para dormir o criar, sino que van creciendo como si de un edificio se tratara.
Nido de cotorra
Nido de cotorra ampliado
CANTO:
Estos loros son muy sociables y suelen ser bastante ruidosos. Sus voces se componen de estridentes graznidos y chillidos que, sobre todo, se escuchan cuando vuelan o se alimentan. En las zonas urbanas, en particular, se pueden considerar una gran molestia, ya que forman grandes bandadas ruidosas que se pueden oír a grandes distancias.
AMENAZAS Y CONSERVACIÓN:
La población de Myiopsitta monachus se ha multiplicado en España, donde las cotorras son ya un problema para especies autóctonas y para los agricultores en varias ciudades y sus alrededores. Debido a este potencial colonizador y por constituir una amenaza grave para las especies autóctonas, los hábitats o los ecosistemas, esta especie ha sido incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras.